Para Flores de Kiskeya, los voluntarios/as son una parte esencial de la ONG. Ya sea para colaborar desde España o Haití, contar con la motivación, ilusión y energía de personas que quieren mejorar la vida de las mujeres y el futuro de los niños/as es todo un lujo.
Tipos de voluntariado
Voluntariado en Haití
Nuestro voluntariado en Haití es un voluntariado de vivencias y proximidad. Podrás conocer a las mujeres y los niños/as de nuestro proyecto, descubrir una nueva cultura y vivir en primera persona experiencias inolvidables.
Teniendo en cuenta tu formación, podrás ser voluntario/a de algunas de nuestras actividades a nivel educativo, sanitario, de comunicación o de confección y costura durante un mes del año. Además, durante julio realizamos nuestro famoso Campamento de Verano en donde voluntarios/as de diferentes ámbitos se unen a nosotros para ayudarnos y disfrutar juntos.
Voluntariado en España
Flores de Kiskeya también necesita apoyo y ayuda en España. Con más de 10 voluntarios en nuestro equipo, hacemos posible que nuestra organización siga creciendo y teniendo voz.
Contamos con diferentes departamentos (Comunicación, Captación de Fondos, Kiskeya Shop – Producto, Colaboradores y Recursos Humanos), todos ellos enfocados en seguir haciendo crecer Flores de Kiskeya. Si vives en Madrid y quieres poner tu granito de arena en este proyecto, entonces este es tu voluntariado.
¡Únete al equipo de voluntarios de Flores de Kiskeya! Te estamos esperando.
Autocandidatura a voluntariado
Si actualmente no tenemos ninguna posición de voluntariado que se ajuste a tu perfil, no te preocupes. Nos puedes enviar igualmente tu CV y carta de motivación. Cuando tengamos una posición en la que nos encajes, nos pondremos en contacto contigo para conocerte.
¡Tú también puedes unirte al equipo de Flores de Kiskeya haciéndote voluntario!
Testimonios
Irene
“Un día en Flores es intenso, único, pero sobre todo imprevisible. Cada mañana cruzábamos la frontera para llegar hasta el centro de Flores y organizar el día, gracias a la ayuda de los trabajadores locales. Pasada la mañana comíamos todos juntos y unos días teníamos Taller de las Flores y otros íbamos a una de las zonas más pobres de Anse-à-Pitre para jugar con otros niños y darles agua y comida. Cada día era más intenso y más especial.”
Mario
“Resumo mi experiencia con 3 palabras, ALEGRÍA, ENERGÍA E ILUSIÓN. La alegría de las mujeres, la energía de los niños y, sin duda, la ilusión que transmite cada persona que forma esta familia, las ganas por seguir aprendiendo, trabajando y mejorando cada día.”
Emma
“Mis primeras impresiones fueron impactantes. Todo lo que nos cuentan de cómo viven y cómo son no lo sabes a ciencia cierta hasta que llegas y ves la realidad haitiana. Fue maravilloso que, a pesar de lo diferentes que son a nosotros, lo poco que nos conocían y el «problema» de no hablar la misma lengua me hicieran sentir querida desde el primer momento.”
Víctor
“Sinceramente, en pocas palabras, mi vida cambió después de estar al lado de personas tan especiales y con ese corazón, sin tener nada me dieron todo y gracias a ellos soy mejor persona. Volveré y nunca olvidaré todo lo que viví con mi gran familia de Haití en Flores de Kiskeya.”
Irene
“Un día en Flores es intenso, único, pero sobre todo imprevisible. Cada mañana cruzábamos la frontera para llegar hasta el centro de Flores y organizar el día, gracias a la ayuda de los trabajadores locales. Pasada la mañana comíamos todos juntos y unos días teníamos Taller de las Flores y otros íbamos a una de las zonas más pobres de Anse-à-Pitre para jugar con otros niños y darles agua y comida. Cada día era más intenso y más especial.”
Mario
“Resumo mi experiencia con 3 palabras, ALEGRÍA, ENERGÍA E ILUSIÓN. La alegría de las mujeres, la energía de los niños y, sin duda, la ilusión que transmite cada persona que forma esta familia, las ganas por seguir aprendiendo, trabajando y mejorando cada día.”
Emma
“Mis primeras impresiones fueron impactantes. Todo lo que nos cuentan de cómo viven y cómo son no lo sabes a ciencia cierta hasta que llegas y ves la realidad haitiana. Fue maravilloso que, a pesar de lo diferentes que son a nosotros, lo poco que nos conocían y el «problema» de no hablar la misma lengua me hicieran sentir querida desde el primer momento.”
Víctor
“Sinceramente, en pocas palabras, mi vida cambió después de estar al lado de personas tan especiales y con ese corazón, sin tener nada me dieron todo y gracias a ellos soy mejor persona. Volveré y nunca olvidaré todo lo que viví con mi gran familia de Haití en Flores de Kiskeya.”